miércoles, 17 de septiembre de 2008

Apercat Gutierrez- Entrega veinticuatro

El Loco iba a dejar que un desconocido se subiera a su auto. Me estaba probando. Se divertía con mi miedo. Quería saber hasta dónde era capaz se llegar. No podía achicarme, eso tal vez lo enojara aún más.
Estos tipos tienen cierta necesidad invisible que explota de repente y los lleva a traspasar los límites de la normalidad, si es que existen esos límites en alguna parte. Esa misma necesidad también se apaga, los sumerge en un pozo de sombras y les pega por la melancolía. Es áspero encontrarlos en esos momentos de sensibilidad. Se abren y cuentan las historias más increíbles. No se puede creer lo que han vivo. Algunos no llegan ni a los treinta y ya tienen vivencias extremas como para cuatro o cinco vidas. Tienen la piel bien curtida, por eso no le entran balas. Aunque a veces las balas traspasan sus corazas y los pulverizan en el aire como si nunca hubieran existido. Saben perfectamente que cada día puede ser el último y entonces viven con toda la plenitud posible. Se exponen cada vez más hasta que pierden la conciencia y se dejan pegar un tiro o se hacen meter en cana. La vida de ciertos hombres es corta pero intensa. Pueden destripar a un tipo y emocionarse hasta las lágrimas con insignificancias. Cuentan extasiados anécdotas de muertes tremendas y se quiebran hablando de la niñez o de la familia.
Subimos al coche de Carnaza, la Chata y Yo. Le dejé el asiento del acompañante a la Chata y me acomodé atrás. En el asiento había una revista dedicada a las artes Marciales Filipinas.
Me concentré en la revista, mientras Carnaza discutía a los gritos con la Chata, cuál era el mejor camino para tomar hasta la Lugones.
Un tal Guro Bob Dubjanin enseña a usar las categorías de armas del Olisi Balaraw, conocida como espada y daga o bastón, verdadero eje del arte marcial filipino. Las tomas son: dawat (recibir), agaws (desarmar), kunsi (inmovilizar), palisut (ejercicio tradicional de fluidez), kuntradas (ejemplos de contras frente a contras).
En la misma revista había un artículo sobre las distintas técnicas y tácticas defensivas para la lucha callejera real, con incorporación de defensa 360°.
Gente de temer. No todos son salvajes irracionales como muchos creen. Algunos de ellos entrenan, se informan, y se preparan. No es lo mismo una persona entrenada en algún arte marcial que una que sólo juega al fútbol cinco un día a la semana. Estos tipos tienen el temple y el conocimiento necesario para ser pesados realmente. Qué clase de loco aprende a usar espadas filipinas, las saca a la calle, y se carga dos o tres personas por mes. Yo soy un perejil al lado de estos tipos. Hay que ser pesado en serio para medirse con ellos.
Llegamos cerca del tramo de la Lugones, donde se correrían las picadas. Había unos cuantos autos tuneados estacionados en fila. El Loco Mario dejó que Orilla y Mortadela se ocuparan de bajar el auto. Me pidió que lo acompañara, me quería mostrar los autos contra los que tenía que correr. Habría algo así como veinte autos a 45°. Las picadas se harían de a cuatro autos. El camaro estaba anotado en la tercera carrera. Iba a correr contra un chevrolet impala del 62, contra un dodge polara del 69 y contra un ford falcón sprint del 82. El dueño del auto que ganara se quedaba con toda la plata, no había ni segundos ni terceros premios. No se me dijo cuánta plata había en juego, pero por la cantidad de tipos calzados debería haber unos cuantos miles. Yo estaba un poco nervioso, eso no podía negárselo a nadie, mucho menos al Loco que olía el miedo en el aire. Me llevó aparte y me dijo que me calmara, que tenía que correr tranquilo. Si hacía las cosas bien no había de que preocuparme. Le pregunté por qué arriesgaba la plata de esa manera, yo no era un piloto experimentado. Me contestó que con los autos preparados por Sagio cualquier idiota puede ganar una carrera.


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